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Estafas y fraudes con bitcoins y otras criptomonedas

Las estafas y fraudes con bitcoins y otras criptomonedas son cada vez más frecuentes.

Los viejos métodos de estafa y de otros delitos se adaptan a las peculiaridades del dinero digital alternativo, al bitcoin y a las nuevas criptomonedas.

¿Qué se entiende por criptomonedas?

Las criptomonedas son activos digitales, monedas algorítmicas, resultado de un sistema descentralizado que almacena su actividad en una base de datos digital.

Se pueden definir como una representación digital de valor. O derechos que pueden generarse, transferirse y almacenarse electrónicamente con la tecnología de registro distribuido, como la cadena de bloques o blockchain.

En términos muy generales, la generación de activos y la validación y registro de las transacciones se realiza por un sistema basado en la criptografía de clave pública y la teoría de juegos, con redes de igual a igual (revisión y validación de las transacciones por todos los nodos de la red).

Es usual que esté limitado el número posible de criptomonedas generadas (en el caso de bitcoins, este límite es de 21 millones de unidades).

Finalmente, la emisión y validación de los bitcoins y otras criptomonedas es totalmente ajena a cualquier autoridad monetaria, ya sea el Banco Central Europeo, la Reserva Federal estadounidense o cualquiera otra autoridad estatal o supraestatal.

He ahí su vulnerabilidad y, también quizá, su atractivo.

Principales criptomonedas

La criptomoneda más popular y más común es el bitcoin.

Otras bastante extendidas son ethereum, cardano, tether, binance coin, dogecoin, USDCoin o polkadot.

¿Y qué es un token?

Un token es una unidad de valor, emitida por una entidad privada, en una cadena de bloques (blockchain).

Los tokens funcionan dentro de una red privada para otorgar derechos concretos (por ejemplo, derecho a utilizar determinadas redes para realizar determinadas transacciones) o para disfrutar de servicios premium.

En otras ocasiones, los tokens son emitidos para obtener financiación a cambio de una promesa futura.

¿Privacidad u opacidad?

Las criptomonedas -también los tokens- tratan de brindar seguridad, en cuanto a su posesión e intercambio. Pero es indudable que uno de los principales polos de atracción hacia ellas es la privacidad, si no opacidad, que conlleva su uso.

Por otro lado, su éxito ha llevado a que se hayan urdido múltiples maneras de engaños, fraudes o estafas con criptomonedas.

Plataformas fake de inversión

Una forma muy común de estafas relacionadas con bitcoins, o en general con criptomonedas, es la captación de inversión a través de aparentes plataformas especializadas.

La apariencia de especialización y sofisticación se basa en páginas web sofisticadas y atractivas, en las que se proclama experiencia, especialización y gran volumen de inversión específicamente en bitcoins, o en criptomonedas en general, con excelentes registros históricos de ganancias.

Se aparenta seriedad pidiendo múltiples datos de identificación y registro al inversor potencial.

Una vez que el inversor cae en la trampa y desembolsa un dinero inicial, le proporcionan información falsa en la que aparentan sustanciales ganancias, intentando que el inversor incauto les transfiera más fondos para, supuestamente, incrementar su inversión.

El engaño dura lo que tarda el inversor engañado en pedir reembolso de fondos.

Entonces, primero le tratan de disuadir anunciándole probables subidas inmediatas o muy próximas en la cotización del bitcoin o de la criptomoneda en cuestión.

Si el inversor insiste en el reembolso, le solicitan un pago para poder realizar el propio reembolso.

Finalmente, dejan de comunicarse con él, dejan de contestar al teléfono o de contestar a sus correos.

El problema para denunciar la estafa es la localización efectiva del estafador, normalmente en “países lejanos”, fuera de la UE, ajenos a convenios internacionales. Esto, en la práctica, supone muchos problemas de competencia judicial territorial y de capacidad de persecución del delito y del delincuente.

Y un problema adicional es la insolvencia del estafador. Es decir, aun localizándole, denunciando y consiguiendo su condena allá donde se halle, si se les pusiera boca abajo no les caería ni una monedilla de los bolsillos.

Una cautela básica para evitar ser víctima de esta estafa es, antes de nada, comprobar si las credenciales y licencias de la plataforma en cuestión, fundamentalmente, si está o no inscrita en algún organismo o autoridad reguladora de inversión (CNMV, FCA, SEC o similar) de país civilizado serio.

Esquemas Ponzi

Como es sabido, un esquema Ponzi es un fraude de inversión que consiste en obtener fondos de nuevos inversores con el único propósito de pagar a los inversores más antiguos. Y así  sucesivamente, de forma continuada.

El sistema requiere ir incrementando el número de inversores continuamente y a ritmo exponencial, lo cual llega un momento, más tarde o más temprano, en que resulta imposible.

En ese momento se desbarata el tinglado, se pone de manifiesto el fraude y un elevado número de inversores queda sin reembolso alguno, perdiendo su dinero.

Recientemente se han llevado a cabo muchos esquemas Ponzi ofreciendo inversiones en bitcoins u otras criptomonedas.

¿Qué vincula al esquema Ponzi con las criptomonedas?

Únicamente que la inversión en criptomonedas es una inversión muy especulativa, con alta volatilidad -por tanto, con alta expectativa de rentabilidad, pero, también, con alto riesgo-.

Por eso, es común que el interesado en bitcoins y en criptomonedas en general sea un inversor codicioso, más proclive a deslumbrarse con promesas de alta rentabilidad que una persona media común.

Este tipo de inversores arriesgados son más dados a rebajar cautelas ante ofertas de retornos muy jugosos y caer, muchas veces porque ellos mismos no quieren darse cuenta, en un esquema Ponzi.

Pishing de la claves del billetero de criptomonedas

Mediante técnicas del denominado pishing (obtención mediante engaño de información personal del entorno digital, normalmente personal y bancaria), los defraudadores consiguen las claves para el acceso al billetero de criptomonedas de la víctima -especialmente la clave privada- y, lógicamente, lo vacían en menos que canta un gallo.

El problema añadido es que las transacciones en criptomonedas, incluido el cash out, no dejan rastro, por lo que atrapar al ladrón se convierte aquí en misión casi imposible.

Estafas con tokens

En este caso, los estafadores se hacen pasar por empresarios de startups, o también de empresas ya en marcha, que ofrecen la oportunidad de adquirir tokens de primera emisión a bajo precio.

El objetivo de la emisión de tokens sería la financiación y lanzamiento de un negocio o actividad muy prometedora, normalmente también relacionada con el universo bitcoin o criptomonedas.

Los tokens ofrecidos permiten, en teoría, el acceso a algún servicio o ventaja, a veces ajeno al propio negocio (puede ser, por ejemplo, el acceso a algún videojuego de rol multijugador exclusivo), pero, indudablemente, su atractivo fundamental es su supuesta más que probable revalorización en el mercado secundario.

Sin embargo, es bastante habitual que los tokens nunca lleguen a valer nada, nunca puedan realizarse en mercado secundario alguno, no haya startup, ni empresa, ni actividad prometedora que valga -ni siquiera videojuego- y el dinero obtenido en la emisión se esfume sin dejar rastro.

Falsas donaciones

Un esquema perverso es la solicitud de donaciones para causas humanitarias como desastres naturales (terremotos, inundaciones, etc.) o para tratamientos médicos costosos a personas o niños gravemente enfermos con la única intención de obtener las claves de acceso al billetero personal de criptomonedas.

Así, para el pago de la supuesta donación en bitcoins o en otra criptomoneda se solicitan directamente las claves o se finge efectuar comprobaciones que permiten acceder a la misma.

El resultado, nuevamente, es la desaparición de los bitcoins sin rastro. Y sin que las víctimas destinatarias de la pretendida donación reciban nada, por supuesto.

Falsos Exchange

Un Exchange de criptomonedas es una plataforma de intercambio, normalmente virtual, que permite a los usuarios comprar o vender criptomonedas, bien pagando u obteniendo dinero convencional (entendiendo por dinero convencional moneda fiduciaria, es decir, moneda emitida o garantizada por un banco central o autoridad pública) u otras criptomonedas.

Tras la entrada en vigor del R.D.L. 7/2021, mediante el cual se transponen determinadas Directivas de la Unión Europea, los Exchange han de estar inscritos, para poder operar, en el Registro de proveedores de servicios de cambio de moneda virtual por moneda fiduciaria y de custodia de monederos electrónicos del Banco de España.

Asimismo, el citado R.D.L. incluye a los Exchange de criptomonedas entre los sujetos obligados en materia de prevención del blanqueo de capitales.

Pues bien, no son pocas las estafas articuladas ofreciendo Exchanges fake, con apariencia de solvencia y seriedad pero sin realidad alguna detrás.

No hace falta precisar que, antes de operar con una Exchange, resulta, más que conveniente, imprescindible, verificar su correcta inclusión en el referido Registro de proveedores de servicios de cambio de moneda virtual por moneda fiduciaria y de custodia de monederos electrónicos del Banco de España.

Manipulaciones del mercado a través de flash loans y smart contracts

Un smart contract es un tipo especial de instrucciones que se incorpora y almacena en la cadena de bloques o blockchain con capacidad de ejecutar automáticamente acciones de acuerdo a una serie de parámetros ya programados.

¿Y qué son los flash loan? Son préstamos vertiginosos, mediante los que se programa, a través de un smart contract, una única transacción instantánea en la que, todo en uno, los fondos prestados son utilizados para una compraventa y a continuación reintegrados, una vez liquidadas las comisiones correspondientes.

Los flash loans on muy utilizados para arbitraje (detección y aprovechamiento, sin riesgo, de la oportunidad de detectar en dos Exhange diferentes, simultáneamente, precios distintos para una misma criptomoneda).

Mediante un smart contract y un flash loan, se destina el importe obtenido como préstamo para comprar criptomonedas en un Exchange a un precio e, inmediatamente a continuación, sin solución de continuidad, venderlas a un precio un poco más alto en otro Exchange.

Llevado a cabo el arbitraje, se reembolsa el préstamo y se liquida el beneficio por la diferencia entre el precio de venta y el de la compra realizada.

Todo en un tiempo de cero coma, en expresión cheli al uso.

Lo anterior, para ausencia de duda, no constituye delito ni fraude alguno.

Ahora bien, ese mismo mecanismo de actuación puede ser llevado a cabo maliciosamente para manipular el mercado.

Una de esa maneras maliciosas de manipulación es provocar, artificiosamente, oportunidades de arbitraje.

Para ello, se introducen muchas órdenes de compra en un Exchange, momentáneamente no cubiertas por la oferta, provocando un incremento de los precios de intercambio. En ese momento, el manipulador del mercado vende y retira a la vez las órdenes de compra previamente introducidas, provocando una caída del precio.

Finalmente, pero de forma muy rápida, recompra lo vendido en otra Exchange que no se ha visto afectada por los vaivenes (para que no se note su manipulación).

Conclusión

Son múltiples y variadas las conductas delictivas que se están desplegando en el mundo bitcoins y criptomonedas.

Y continuamente evolucionarán a otras distintas y más sofisticadas.

Dos escudos de protección frente al evidente riesgo:

Uno, la profundización en la regulación de los mercados de criptomonedas y del uso de estos activos virtuales.

El otro, la ausencia de codicia.

Rafael Abati García-Manso – Abogado penalista súper especializado en delitos económicos

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